De José Miguel Parra para La Vanguardia

El panorama económico en Egipto al comenzar la década de 1950 no era nada boyante y, por si fuera poco, el orgullo patrio también estaba muy afectado tras la derrota sufrida en la guerra contra Israel en 1948. Todo ello debilitó enormemente a la monarquía, derrocada en 1952 sin apenas oposición por el golpe de Estado de los Oficiales Libres, encabezados por Gamal Abdel Nasser. Apenas cuatro años después, Nasser se convirtió en presidente de la república, decidido a erigirse en el líder del mundo árabe y en uno de los principales propulsores del bloque de los países no alineados.

En ese contexto….

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