La misión arqueológica egipcio-italiana descubrió a principios de este mes un grupo de 33 tumbas familiares grecorromanas, desconocidas hasta entonces, en las inmediaciones del Mausoleo del Aga Khan, en la orilla oeste de Asuán. El descubrimiento aporta luz sobre las enfermedades que padecieron los habitantes de aquella época.

El cementerio, que cuenta con más de 400 tumbas que datan del siglo VI a.C. al III d.C., está situado en más de 10 niveles de terrazas.

Las tumbas tienen un diseño arquitectónico particular, algunas tienen entradas abovedadas precedidas de un patio abierto rodeado de muros de adobe, mientras que otras están directamente excavadas en la roca de la montaña.

“Se trata de un descubrimiento muy significativo, que añade una nueva dimensión histórica a la zona del Aga Khan”, declaró Mohamed Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades (CSA). Según explicó, en algunas de las tumbas hay restos de momias y utensilios funerarios que ofrecen información valiosa sobre la época y las enfermedades prevalentes.

Entre los cuerpos momificados hay un adulto, probablemente una mujer, y un niño, con una edad estimada al morir de entre uno y dos años, que descansan uno sobre otro en un sarcófago de piedra.

Se realizarán más análisis para comprender la relación entre ambos cuerpos. Además, se hallaron muchos restos momificados en el interior de las tumbas, junto con figurillas fragmentarias de terracota pintada y ataúdes de piedra y madera. También se encontraron mesas de ofrendas y numerosos cartonages pintados.

“Los estudios sugieren que los ciudadanos de clase media de la isla Elefantina fueron enterrados en esta parte de la necrópolis, mientras que las partes superiores se reservaron para las clases altas”, declaró Abdel-Moneim Said, supervisor general de Antigüedades de Asuán y Nubia y jefe de la misión arqueológica por parte egipcia.

Said añadió que el análisis de la estructura de estas tumbas revela las duras condiciones de trabajo de los antiguos artesanos y sus extraordinarios logros: de hecho, superaron el obstáculo de excavar profundamente en la roca salas y galerías funerarias de techo bajo.

La misión también ha realizado análisis antropológicos y radiológicos de muchos de los individuos descubiertos, utilizando tecnología punta.

Patrizia Piacentini, catedrática de Egiptología de la Universidad de Milán y jefa de la misión por parte italiana, explicó que el estudio antropológico trazó un perfil biológico lo más completo posible, incluyendo el diagnóstico de sexo, la edad estimada de fallecimiento y cualquier signo patológico o traumatológico.

El equipo descubrió que en distintas tumbas de la necrópolis entre el 30 y el 40 por ciento de los individuos eran muy jóvenes, desde recién nacidos hasta adolescentes. Algunos individuos padecían enfermedades infecciosas o trastornos metabólicos; el fémur de una mujer madura presentaba claros signos de amputación, a la que sobrevivió la persona ya que hay evidencias de un callo de osteoporosis.

Otros cuerpos presentan signos de anemia, carencias nutricionales pero, también, huellas de tuberculosis y signos de artrosis, marcas de muerte a edad avanzada.

En otro caso, no se reconoce ninguna patología ósea significativa, por lo que se supone que la causa de la muerte son las enfermedades infecciosas.

El TAC descubrió al mismo tiempo la presencia de brazaletes en la muñeca de algunos individuos, pudiéndose obtener una reconstrucción tridimensional de los mismos mediante la técnica del desenvolvimiento virtual.

Fuente original: https://english.ahram.org.eg/News/525956.aspx