Las casas solían construirse con ladrillos de adobe, es decir con el barro que dejaba el río mezclado con paja secado al sol. Luego solía aplicarse una capa de yeso.
Los tejados se hacían con troncos que se cubrían con juncos, esteras y hojas de palmera, y después se recubría todo con lodo. Las puertas podían ser de madera, que era muy escasa en Egipto.
Es curioso que hoy en día todavía se fabrican los ladrillos de adobe de la misma manera que los antiguos egipcios. Se vierte en un molde de madera una mezcla de barro y paja y se deja secar al sol durante varios días.
Las casas de la gente humilde eran de planta rectangular, normalmente de un solo piso, aunque algunas tenían azotea y una pequeña bodega subterránea. En estas casas convivían hombres y animales. A veces el establo se situaba en el exterior, en la habitación trasera o incluso, en otras ocasiones se dejaba todo el piso inferior para ellos y el segundo se usaba como vivienda.
Había una estancia principal y en la parte posterior se encontraban la cocina y los dormitorios. No había muchos muebles. Restos de estas viviendas se han hallado en Deir el-Medina, el poblado donde vivían los artesanos que trabajaban en las tumbas reales. Aquí las casas estaban unas junto a las otras rodeadas por calles y adosadas a la muralla que circunvalaba la ciudad. Como curiosidad os comentaremos que la basura la tiraban directamente fuera de esa muralla o en un gran pozo que había cerca de la aldea y gracias a esos desperdicios hemos descubierto muchísima información.
En las ciudades las casas podían tener varios pisos. Lo sabemos porque se han encontrado algunos modelos (mal llamados maquetas) que muestran esta disposición. Por ejemplo, en Elefantina o Menfis, que estaban rodeadas por murallas, la falta de espacio para construir, llevaría a la edificación en varios pisos.
Las casas de los ricos se diferenciaban por ser más grandes y tener una mayor decoración. Se conoce bien cómo eran sus villas gracias sobre todo a las excavaciones realizadas en la ciudad de Tell el-Amarna. Eran edificios de planta rectangular, normalmente divididos en tres zonas (un recibidor, una sala central con columnas y la zona de los aposentos privados y baño). Algunas de estas casas tenían almacenes para guardar el grano, decoración pintada con motivos vegetales, pájaros de gran colorido y algunos (muy pocos) elementos en piedra. En estas, junto a la casa se hallaban los almacenes, la cocina y viviendas del servicio. En algunas también había una escalera que conducía a la azotea, y un jardín con palmeras, sicomoros y un estanque.
Maqueta de la casa de Neferhotep en Tebas. Reino Nuevo. Rijksmuseum van Oudheden. Leiden |
Modelo del pórtico y el jardín de Maketra. Dinastía XI/XII. Metropolitan Museum. Nueva York Tomado de: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/544256 |
Maqueta moderna de una casa del Reino Nuevo. Musée du Cinquantenaire. Bruselas |
Planta y alzado de una casa del poblado de trabajadores de Deir el-Medina. Reino Nuevo. Tebas |
La piedra solo se empleaba para construir los palacios y templos. Esto era así porque la piedra no se destruye y los dioses necesitaban tener unas “casas” eternas. En cambio, las viviendas de la gente se hacían de adobe porque eran para los mortales, y no necesitaban que duraran para siempre.
Templo de File. Asuán |
En el interior de una casa egipcia había objetos útiles, como vasijas, cestas, vasos y otros recipientes, así como algunos muebles escogidos e imprescindibles donde poder almacenar sus vestidos o las ropas de la casa. No conocían los armarios. Tampoco despreciaban, si se lo podían permitir, preciosos y sofisticados adornos. Se sentaban en el suelo, pero si tenían medios en sillas o taburetes, y a la hora de dormir se tumbaban sobre colchones de paja o, sobre camas de madera.
Aunque solían seguir al sol para levantarse y acostarse, también emplearon lámparas de aceite, que mezclaban con salmuera para que no desprendieran humo.
Taburetes, vestidos, cestas. Tumba de Ja. Reino Nuevo. Museo Egizio. Turín. |
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Panes. Tumba de Ja. Reino Nuevo. Museo Egipzio de Turín. |
Taburete. Tumba de Ja. Reino Nuevo. Museo Egizio. Turín. |
Peluca y caja de cosméticos.Tumba de Ja. Reino Nuevo. Museo Egizio. Turín |
Textos: Elisa Castel y Helena Oliver Fotografías: Teresa Armijo, Elisa Castel, Miguel Gamero, Antonio Lobo, Helena Oliver, Francisco Pérez Vázquez, Cristina Pino, Rosa Pujol, Jaume Vivó, SoloEgipto. Para el resto de imágenes, las citadas en los pies de foto. |