Durante más de tres milenios, una antigua comunidad minera permaneció oculta bajo las arenas del desierto oriental de Egipto. Ahora, tras dos años de excavaciones, los arqueólogos han descubierto un gran complejo industrial que prosperó en Jabal al-Sukari, al suroeste de Marsa Alam. El descubrimiento, que forma parte del proyecto «Resurgimiento de la antigua ciudad del oro», fue dirigido por el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto en colaboración con la dirección de la mina de oro de Sukari.
«Este proyecto es una prueba de nuestro compromiso con la conservación de la rica historia de Egipto, al tiempo que apoyamos los planes económicos y de desarrollo del país», declaró Sherif Fathy, Ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto.
Una antigua explotación aurífera oculta en la arena
Bajo capas de sedimentos arrastrados por el viento, los arqueólogos desenterraron los restos de lo que parece ser una instalación de procesamiento de oro totalmente equipada, diseñada para extraer el metal precioso de las vetas de cuarzo. El yacimiento contiene restos de enormes molinos de piedra, instalaciones de molienda y balsas de sedimentación. ¿El último paso? Antiguos hornos de arcilla utilizados para fundir oro, que revelan una sofisticada operación industrial que en su día impulsó la economía aurífera de Egipto.
El Dr. Mohamed Ismail Khaled, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades, calificó el descubrimiento de «ventana a las avanzadas técnicas utilizadas por los antiguos egipcios para extraer oro de la roca». Añadió que el proyecto también ha aportado información sobre la vida cotidiana de los mineros, cuyo mundo ha permanecido en gran medida inexplorado.
Una ciudad en el desierto: casas, talleres y espacios sagrados
Más allá de la explotación aurífera, los arqueólogos hallaron vestigios de todo un asentamiento minero: las viviendas de los trabajadores que vivían y trabajaban en el yacimiento. Las ruinas incluyen:
– Talleres y zonas industriales donde se fabricaban y mantenían las herramientas.
– Lugares de culto, que proporcionan información sobre la vida espiritual de estos mineros.
– Edificios administrativos, que probablemente desempeñaron un papel en la gestión de la mano de obra y la distribución de los recursos.
– Casas de baños de la época ptolemaica, que indican el uso continuado del yacimiento hasta bien entrada la época griega y romana.
Los excavadores fueron descubriendo capas de historia a medida que avanzaban en el tiempo, revelando estructuras y artefactos que abarcan los periodos faraónico, ptolemaico, romano e islámico.
Un tesoro de inscripciones y objetos antiguos
Entre los hallazgos más significativos del yacimiento se encuentran 628 ostraca, fragmentos de cerámica con inscripciones jeroglíficas, demóticas y griegas. Estos fragmentos podrían contener pistas vitales sobre la historia del yacimiento y la vida de sus trabajadores.
Otros descubrimientos son:
– Monedas de bronce ptolemaicas, vestigios de la importancia del yacimiento en épocas posteriores.
– Figurillas de terracota, que representan figuras humanas y animales de la época grecorromana.
– Pequeñas estatuas de piedra, algunas inacabadas, de deidades como Bastet y Harpócrates.
– Mesas de ofrendas tolemaicas, posiblemente utilizadas en rituales religiosos relacionados con las explotaciones mineras.
– Una serie de vasijas de cerámica, utilizadas para la vida cotidiana, el incienso y fines medicinales.
– Materiales de joyería, como cuentas de piedras semipreciosas y conchas talladas con gran maestría.
Resucitar la antigua ciudad del oro
Para garantizar la conservación de estos descubrimientos, los arqueólogos trasladaron los restos arquitectónicos del yacimiento a una zona segura situada tres kilómetros al norte del emplazamiento original, fuera del alcance de las explotaciones mineras modernas.
Pero el proyecto no se detuvo ahí. En un ambicioso esfuerzo por dar vida a la historia, los expertos han construido una recreación a escala real del antiguo campamento minero, que ocupa seis feddans (unas 2,5 hectáreas).
En las inmediaciones hay un nuevo centro de visitantes con grandes pantallas que muestran el proceso de excavación e imágenes de los hallazgos más notables del yacimiento. Los paneles informativos narran la historia de esta ciudad olvidada y ofrecen una visión poco frecuente del mundo de los antiguos mineros del oro.
«Este proyecto nos ha proporcionado una comprensión sin precedentes de cómo funcionaban las comunidades mineras en el desierto oriental», declaró Mohamed Abdel-Badie, Jefe del Sector de Antigüedades Egipcias. «Es una pieza crucial en el rompecabezas de la historia industrial de Egipto».
Mientras Egipto sigue buscando el equilibrio entre la conservación arqueológica y el desarrollo económico, el proyecto «El renacimiento de la Ciudad de Oro» es un brillante ejemplo de cómo pueden coexistir el pasado y el presente, con la historia escrita literalmente en oro.
Fuente original: Ministerio de Turismo y Antigüedades