La tumba del faraón Amenhotep III, una de las más grandes del Valle de los Reyes y Reinas en el sur de Egipto, fue oficialmente abierta al público este sábado tras años de restauración. El ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Sherif Fathy, presentó el sitio recién renovado, que data de hace más de 3.000 años.
Mohamed Ismail Khaled, jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, dijo que la restauración implicó más de dos décadas de “un trabajo increíblemente delicado, porque la tumba sufría un grave deterioro”. El colosal espacio cuenta con pinturas murales de piso a techo, con el azul brillante de los frescos resplandeciendo incluso en la tenue luz.
En el centro, los visitantes observaron la enorme tapa de granito del sarcófago de Amenhotep, grabada con jeroglíficos, demasiado pesada para ser retirada como el resto del contenido de la tumba. El sitio fue documentado por primera vez en 1799 durante la breve conquista napoleónica de Egipto. Tras una larga historia de excavaciones, saqueos y graves daños, fue restaurado con el apoyo del gobierno japonés y la UNESCO.
Esculpida en la ladera de la orilla occidental del Nilo, frente a la ciudad de Luxor, la tumba está “decorada con pinturas murales que se encuentran entre las más exquisitas de las que sobreviven en las tumbas reales de la Dinastía XVIII”, según la misión de la UNESCO de Japón.
Décadas de deterioro habían dejado la estructura en riesgo de colapso. Para salvarla, más de 260 especialistas —restauradores, investigadores y técnicos altamente capacitados— trabajaron en lo que la directora regional de la UNESCO, Nuria Sanz, dijo que era el “nivel más alto de estándares internacionales para la conservación integrada”.
Amenhotep III ascendió al trono siendo adolescente y gobernó durante unos cuarenta años de prosperidad, estabilidad y grandeza artística antes de morir en 1349 a.C. a la edad de 50 años. Fue enterrado en la famosa Necrópolis Tebana, donde reyes, reinas, sacerdotes y escribas reales del Antiguo Egipto fueron sepultados entre los siglos XVI y XI a.C.
Sin embargo, lo cierto es que hasta hace poco la tumba se encontraba en un estado de deterioro muy avanzado, tanto a nivel estructural como pictórico. Cabe recordar que el espacio fue víctima de diferentes episodios de saqueo y múltiples excavaciones desde su descubrimiento en 1799 durante la ocupación napoleónica. Así, de acuerdo con la Universidad de Waseda (Japón), los tesoros originales de la sepultura (incluyendo objetos funerarios, momias y restos del ajuar) fueron trasladados en diferentes fases a instituciones como el Musée du Louvre en París, el Metropolitan Museum de Nueva York y el Castillo de Highclere en el Reino Unido.
La momia y el sarcófago de Amenhotep III se encuentran en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia de El Cairo, mientras que el Museo Egipcio de Tahrir y el nuevo Gran Museo Egipcio de la capital albergan estatuas colosales del faraón sentado junto a su esposa.
Cerca de su tumba, el enorme templo funerario de Amenhotep, conocido como Kom al-Hetan, ha sufrido graves daños por las inundaciones anuales del Nilo, pero dos gigantescas estatuas de granito conocidas como los Colosos de Memnón sobreviven, dando la bienvenida a los visitantes al antiguo valle.