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Un hallazgo arqueológico en Egipto ha sacado a la luz un antiguo cementerio de mascotas, desafiando las ideas convencionales sobre la relación entre humanos y animales en el pasado.

En un hallazgo extraordinario, los arqueólogos han descubierto los restos de casi 600 animales en un cementerio de mascotas de 2.000 años de antigüedad en las afueras del antiguo puerto egipcio de Berenike. Publicado en la revista Antiquity, el descubrimiento desafía las visiones tradicionales sobre los enterramientos de mascotas, sugiriendo que los humanos en el antiguo Egipto podrían haber tenido una conexión emocional mucho más profunda con sus animales de lo que se pensaba anteriormente.

Un hallazgo curioso en Berenike

El yacimiento, descubierto por primera vez en 2011 por la arqueozoologa Marta Osypinska y sus colegas de la Academia Polaca de Ciencias, se encuentra cerca de las ruinas de Berenike (también conocida como Berenice Troglodytica) en la costa del Mar Rojo de Egipto. A primera vista, el cementerio puede parecer similar a otros encontrados en distintas partes del mundo, donde los animales son enterrados tras cumplir roles prácticos en la sociedad humana. Sin embargo, tras un examen más detallado, este sitio funerario revela algo más profundo: sugiere un vínculo entre humanos y animales que trasciende los fines meramente utilitarios.

Según un estudio publicado en la revista Antiquity, los arqueólogos encontraron cerca de 600 restos animales cuidadosamente enterrados, muchos envueltos en sudarios de tela y acompañados de objetos decorativos como collares y recuerdos. Entre los 585 animales descubiertos se incluyen 536 gatos, 32 perros y una variedad de otras criaturas, como monos, aves e incluso un zorro. El cuidado con el que fueron tratados estos animales sugiere que no se trataba simplemente de criaturas de trabajo o sacrificios rituales, sino de compañeros queridos que recibieron atención tanto en vida como después de la muerte.

Analizando la evidencia: por qué Berenike podría ser el cementerio de mascotas más antiguo

Marta Osypinska y su equipo destacan varias características del yacimiento que sugieren que estos animales eran realmente mascotas, y no animales mantenidos para trabajo o fines religiosos.

“En nuestra opinión, las características descritas sugieren que los hallazgos de Berenike podrían definirse como un cementerio de mascotas domésticas”, escribió Osypinska.

La ausencia de enterramientos humanos en el sitio, junto con la falta de evidencia de sacrificios rituales o momificación (prácticas comunes para ofrendas religiosas en el antiguo Egipto), indica de manera convincente que estos animales eran tratados como miembros de la familia y no solo con fines funcionales.

De manera interesante, los animales presentan señales de lesiones o enfermedades de larga duración, que los habrían hecho menos útiles para tareas tradicionales como la caza o la vigilancia. Esto refuerza aún más la idea de que eran mantenidos por compañía, ya que sus dueños continuaban cuidándolos incluso cuando ya no podían cumplir roles prácticos.

El significado histórico de las prácticas de enterramiento de animales

Aunque el cementerio de mascotas de Berenike es un hallazgo notable, también se inscribe en un contexto histórico más amplio. Los humanos han enterrado animales con cuidado durante miles de años, aunque tradicionalmente se creía que estas prácticas eran relativamente modernas o limitadas a ciertas culturas. El enterramiento de animales ha sido documentado en diversas culturas antiguas, pero pocos sitios igualan la escala y el meticuloso tratamiento observado en Berenike.

A pesar de ello, algunos críticos llaman a la cautela al interpretar estos hallazgos como prueba de una cultura de mascotas en el mundo antiguo.

“Con demasiada frecuencia, esta esfera de la vida social se considera un comportamiento exclusivamente moderno”, señaló Osypinska en su estudio. “Los hallazgos de Berenike parecen romper con este estereotipo”.

Si bien los animales han sido valorados históricamente por su papel en la protección o el control de plagas, el descubrimiento en Berenike desafía la idea de que los humanos no formaban vínculos emocionales con sus animales en tiempos remotos.

Una nueva comprensión de la sociedad del antiguo Egipto

Las implicaciones del descubrimiento en Berenike son profundas, arrojando nueva luz sobre las dinámicas sociales y culturales del antiguo Egipto. Los gatos, en particular, eran altamente venerados en la sociedad egipcia, a menudo asociados con la diosa Bastet, protectora del hogar y la fertilidad. La presencia de un número tan elevado de gatos, junto con otros animales, sugiere que estas criaturas podían ser apreciadas por su compañía, y no únicamente por su utilidad práctica para los humanos.

Además, la evidencia de Berenike podría obligar a historiadores y arqueólogos a reconsiderar el papel de los animales en las sociedades antiguas. Mientras que algunos los veían como simples mercancías, los enterramientos cuidadosamente realizados en Berenike demuestran que, para ciertos egipcios, los animales eran valorados como compañeros e, incluso, como miembros de la familia.

Fuente original: https://indiandefencereview.com/2000-year-old-pet-cemetery-in-egypt/?fbclid=IwdGRzaAOspyRjbGNrA6ynHmV4dG4DYWVtAjExAHNydGMGYXBwX2lkDDM1MDY4NTUzMTcyOAABHlfrGIF_OuLX-7g88ttmr1qbUUXWkClO9dOXS_oUA8dnh1BizCxATOWaG4FQ_aem_bmJ3oslMikJHcuNhJs1kKQ&sfnsn=scwspmo