La misión egipcio-estadounidense de la Universidad de Pensilvania, dirigida por Joseph Wegner, ha descubierto una tumba real que data del Segundo Periodo Intermedio. Esta se encuentra en los acantilados del desierto de Abidos, en un lugar conocido como el «Monte de Anubis». La tumba pertenece a la denominada dinastía de Abidos, que gobernó el Alto Egipto entre el 1700 y 1600 a.C., y aporta valiosa información sobre los reyes de esa dinastía y su contexto histórico.
Según Mohamed Abdel Badie, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias del Consejo Supremo de Antigüedades, los estudios realizados indican que la tumba perteneció a un rey aún desconocido, anterior al rey Senebkay, cuya tumba también fue descubierta por esta misión en 2014.
La estructura de esta tumba es considerablemente más grande que otras asociadas a la «Dinastía de Abidos», una dinastía local que gobernó por un breve periodo en el Medio y Alto Egipto. Sin embargo, el nombre de su propietario todavía no ha sido identificado.
Wegner explicó que la tumba fue hallada a una profundidad de 7 metros bajo el nivel actual del suelo. Consiste en una cámara funeraria de piedra caliza que originalmente tenía 5 metros de altura, cubierta con bóvedas de adobe.
En cuanto a su decoración, se encontraron restos de inscripciones a ambos lados de la entrada que conduce a la cámara funeraria. Estas incluyen figuras de Isis y Neftis, acompañadas de registros jeroglíficos muy deteriorados en bandas amarillas, donde en su momento figuró el nombre del rey. El estilo de las decoraciones y los textos es similar al de los hallados en la tumba del rey Senebkay, ubicada al sur de Abidos.
Wegner y su equipo planean futuras campañas arqueológicas para precisar la fecha y la identidad del propietario de la tumba.
En el Monte de Anubis se encuentra una de las necrópolis más importantes de la región de Abidos. En este lugar, protegido por una montaña con forma de pirámide natural, hay una necrópolis real. Se cree que esta característica natural fue la razón por la que el rey Senusret III (1874-1855 a.C.) eligió construir al pie de la montaña su enorme tumba. Otros reyes, como los de la Dinastía XIII y, posteriormente, los de la «Dinastía de Abidos», también la seleccionaron como su lugar de enterramiento.
Entre los hallazgos destacan la momia de un niño, que yace con las piernas ligeramente flexionadas y lleva un gorro de tela de colores, así como el cráneo de una mujer de aproximadamente 30 años. Además, se encontraron raíces de trigo y restos de semillas, incluidas las de palmera doum y cebada.
Ministerio de Turismo y Antigüedades