Las fiestas.- los antiguos egipcios tuvieron una especial predilección por las fiestas desde el período Predinástico y especialmente en el Reino Nuevo, como queda demostrado en sus calendarios, algunos grabados sobre los muros de los templos, o las citadas en las tumbas de los personajes que habían participado en ellas.
Todas tenían un carácter político o religioso y desarrollaban un gran despliegue de ritual. Eran actividades espléndidas donde participaban: el clero masculino y femenino, personajes de alta alcurnia, miembros de la casa real, funcionarios, artesanos, soldados, policía, el pueblo, etc, acompañados de cantores, músicos y danzantes. Estas fiestas no eran sólo una ocasión para relajarse, sino que eran imprescindibles para que los dioses estuvieran contentos y continuaran concediendo a Egipto todas las cosas que el país y sus gentes necesitaban, “recargar” las fuerzas cósmicas y del rey y obtener la regeneración eterna de los difuntos.
Y aunque el pueblo no pudiera comprender la totalidad de los ritos que tenían lugar, sí suponía unos días festivos de fervor popular y descanso en el trabajo.
A lo largo del año había numerosas fiestas religiosas o relacionadas con el faraón. Muchas de ellas incluían procesiones y ceremonias a la vista de los ciudadanos, mientras que otras tenían lugar dentro del templo y con la única asistencia de los sacerdotes.
Fiesta de Opet
En Tebas (actual Luxor) en la estación de la inundación, se celebraba una de las más importantes celebraciones religiosas, la fiesta anual de Opet. Un esplendoroso cortejo llevaba la estatua del dios Amón de Karnak y a su familia (Mut y Jonsu) en unas barcas por el Nilo, o en procesión a pie (según las épocas) desde el templo de Luxor al templo de Karnak recorriendo la avenida de esfinges que llevaba de uno al otro templo y cubriendo un recorrido de unos 3 kilómetros. Lo hacían para que Amón de Karnak visitara a Amón- de Luxor. Esta fiesta llego a dilatarse en el tiempo, celebrándose durante 11 días al comenzar el Reino Nuevo, o a 24 y a 27 después.
Templo de Luxor y templo de Karnak. Reino Nuevo. Dibujo de Jean Calude Golvin, Tomado de: https://jeanclaudegolvin.com/es/project/egipto/egypte-karnak-thebes-ramses-ii-jc-golvin-2/ |
La fiesta tenía una parte privada que se desarrollaba en el interior del templo del Luxor, lejos de las miradas de los habitantes de Tebas, y una parte pública. Al dios no se le veía directamente, sino que se le colocaba sobre una barca transportable hecha de madera dorada y decorada que llevaba sobre su cubierta una estructura cerrada, donde el dios descansaba durante su traslado, aislado tras un velo. Esta barca llegó a ser muy pesada y tenía que se ser llevada por muchos sacerdotes, que a ratos la posaban, para poder descansar, en unos “reposaderos de la barca”, momento en el que se aprovechaba para realizar otros ritos.
Barca transportable del dios Amón. Medinet Habu. Reino Nuevo. Tebas |
Cuando el recorrido se hacía por el río, esta barca se depositaba en otra mayor llamada “Userhat” que significa “poderosa de proa” . Era un navío hecho con cedro del Líbano que comenzó teniendo unos 30 metros y que acabó superando los 60. Estaba lujosamente decorada con oro y otros metales preciosos. Acompañando a Amón le seguían las barcas más pequeñas de su esposa y de su hijo, cada una de ellas con la proa diferente: la de Amón tenía la proa con una cabeza de carnero, la de Jonsu con una cabeza de halcón y la de Mut con una cabeza de mujer con la doble corona.
Proa de la barca de Amón. Reino Nuevo. Karnak. Tebas | Proa de la barca de Mut, Reino Nuevo. Karnak. Tebas |
Proa de la barca de Junsu. Reino Nuevo. Karnak. Tebas |
Era un gran acontecimiento en el que se preparaban unas grandes cantidades de ofrendas de todas clases. A la cabeza de la procesión estaba el rey y los miembros más importantes de Tebas, acompañados por sacerdotes y sacerdotisas, cantantes, bailarinas, músicos portadores de ofrendas e incluso soldados que escoltaban la comitiva y guardas que controlaban el orden de la multitud. Era todo un acontecimiento necesario y deseado por todos. Imaginad a la gente escuchando los cánticos, viendo los trajes lujosos del rey y de los nobles, sus joyas u observando a los sacerdotes quemando incienso y haciendo libaciones. Y era bastante probable que tuvieran ocasión de presenciar el oráculo, es decir, de observar cómo la divinidad escuchaba una consulta que pudiera ser respondida con un sí o un no, y obligara de forma mágica a que su barca, transportada por sus sacerdotes, se desplazara hacia delante si la respuesta era afirmativa, o hacia atrás, si era negativa.
Hombres haciendo ofrendas y quemando incienso. Reino Nuevo. Templo de Luxor |
Bailarinas acróbatas y mujeres tocando el sistro y el menat en el transcurso de la fiesta. Reino Nuevo. Templo de Luxor. Tebas |
Bella Fiesta del Valle
En otra de las fiestas, llamada la Bella Fiesta del Valle, se rendía culto a los difuntos visitando sus tumbas. Los familiares se desplazaban a la orilla oeste, llevaban comida y acompañaban a sus muertos durante todo el día… ¡como solíamos hacer nosotros en el “Día de los difuntos”! (ahora Halloween). Se celebraba en el mes de la cosecha, coincidiendo con la luna nueva.
En esa ocasión el dios Amón salía de su templo para cruzar a la orilla occidental (la orilla de los muertos), donde estaban los templos funerarios y las tumbas. Tanto el cortejo divino como los habitantes de Tebas rendían homenaje a sus difuntos, ofrendando una gran cantidad de flores. Gracias a esa fiesta y al poder del dios, se conseguían realizar ritos de renovación para que los que estaban enterrados pudieran beneficiarse de su fuerza regeneradora. La fiesta comenzó haciéndose en el día pero durante el reinado de Hatshepsut llegó a extenderse a 11 y algo después a 13 días.
El barco, conducido por unos 20 remeros, un piloto y un guía del timón, llegaba a la orilla occidental, acompañado por un gran séquito y navegaba por los canales que conducían a los templos funerarios, donde se realizan ritos mágicos de regeneración. Pasaban la noche junto a las tumbas, celebrando una comida de fiesta, similar a la que habían hacho el día del entierro. Y no era un acontecimiento triste, sino esperanzador.
Séquito en la Fiesta del Valle. Medinet Habu. Reino Nuevo. Tebas oeste |
Tiempo libre
En el Antiguo Egipto no había mucho tiempo libre, la mayor parte lo pasaban trabajando, sobre todo la gente humilde. Sin embargo cuando podían disponer de tiempo lo utilizaban en celebraciones privadas, en relacionarse con la familia o en actividades en las que pudieran relajarse.
Las familias ricas también realizaban excursiones en barca por el Nilo, como podemos ver en algunas pinturas. Les gustaba pescar y cazar, tanto aves como animales más peligrosos acompañados de su familia, unas actividades que sin embargo no eran relajantes para las gentes más humildes, obligadas a hacerlo para subsistir.
Caza en los pantanos del Delta. Tumba de Najt. Reino Nuevo. Tebas |
Hombres pescando con anzuelos y con nasa. Tumba de Kagemni. Reino Antiguo. Saqqara |
El rey disfrutaba cazando leones, toros e hipopótamos y otros animales peligrosos que le servían como entretenimiento, entrenamiento físico y demostración de poder. A veces le organizaban partidas de caza en las que las presas no estaban libres sino encerradas en un gran recinto para que pudiera capturarlas con más facilidad.
Caza de un toro. Temlo de Medinet Habu. Reino Nuevo. Tebas |
Como ya hemos visto, otro pasatiempo del gusto egipcio era la música, normalmente en banquetes donde también habría bailarinas y cantantes. En las pinturas podemos ver algunas de estas escenas, en las que se tocaba el arpa, el laúd y otros instrumentos de viento. Pero estas labores musicales no sólo eran para relajarse, sino que en las fiestas y rituales religiosos servían para agradar al dios y se acompañaban con cánticos sagrados.
gracias mi gente ya se que poner en el trabajo😎👌